En busca de lo evidente: en este caso, una clavija tipo J se salió de su toma. Greg Richwine es un ingeniero autónomo de Elkhart, Iowa. Greg acaba de incorporar la primera direccional AM a su lista de clientes. Desde luego, apenas comenzó, tuvo uno de esos problemas que lo dejaron perplejo y que analizamos en una columna anterior, sobre la inspección periódica de los gabinetes de fasores y de la unidad de sintonización de la antena (Antenna Tuning Unit, ATU).
Cuando Greg asumió el control de la emisora, el conjunto estaba en buen estado, hasta que las lecturas del monitor de una antena de la torre cambiaron drásticamente. Atención, ingenieros con poca experiencia en direccionales AM: estos cambios abruptos no suelen ser estacionales.
Greg revisó las cámaras abovedadas, esperando encontrar alguna alimaña rostizada o un capacitor quemado, pero no halló ninguna de las dos cosas. Entonces, abrió los gabinetes de fasores y observó que la barra de cortocircuito (la clavija tipo J) se había salido de la toma que alimenta la torre en cuestión, como se ve en la Fig. 1.
Después de tantos años, con el golpeteo constante del contactor de radiofrecuencia, la barra de cortocircuito se había salido de la toma. La reparación fue rápida, pero Greg pasó mucho más tiempo tomando fotos, ajustando los tornillos sueltos (observen las tuercas sueltas que están en el piso del gabinete) y revisando los contactores de radiofrecuencia. Durante la inspección de los contactores, sustituyó la cabeza redondeada de la banda de lengüetas de contacto de un contactor que había perdido la mitad de sus lengüetas de contacto de resorte.
Otro aspecto notable de esta foto es la pila de virutas que hay en el piso del gabinete, debajo del contactor. Según las especificaciones del fabricante, el contactor está hecho de cobre de berilio. Como el cobre de berilio es cancerígeno, Greg no barrió ni aspiró las virutas, sino que limpió la zona con una manguera y el limpiador Formula 409, recogió las virutas mojadas y las desechó dentro de una bolsa.
Más tarde, Greg volvió a usar 409 y una almohadilla Scotch-Brite para los aislamientos de cerámica de la toma del medidor que se observa en la imagen. En esta emisora, hubo un incendio en un estudio en los años 70, y el hollín de los cartuchos Fidelipac 300 quemados aún cubría el interior de los componentes del fasor… un problema que habrá que arreglar en los próximos meses. Tengan en cuenta que los aislamientos dejan de ser eficientes cuando están llenos de suciedad.
Greg, este es un excelente plan de mantenimiento.
Lectores de Taller del Ingeniero: sigan tomando esas fotos. Al documentar con fotografías el estado de las cosas antes de empezar a trabajar, su responsabilidad será mucho menor, en particular, si son ingenieros autónomos. No dejen que sea su palabra contra la de otra persona. Justifíquense con fotos.
— John Bisset