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La radio digital continúa incierta

El interés latinoamericano parece centrarse en los estándares HD Radio y DRM.

La versión online de este artículo ha sido modificada para actualizar los hechos recientes en México sobre la norma IBOC.

Más de 20 años después del surgimiento de la radiodifusión sonora digital, el destino de esta tecnología en América Latina permanece teñido de incertidumbre. La mayoría de los países de la región no ha mostrado todavía claras preferencias en cuanto al estándar a adoptar, si bien algunos de ellos han realizado investigaciones y mantenido transmisiones de prueba desde mediados de la década pasada.

“El tema de la radio digital está diseminándose ampliamente en los países latinoamericanos, pero un obstáculo en la implantación y posterior transición de la tecnología, continúa siendo más económico que tecnológico”, dijo Pedro González Castellanos, ingeniero investigador del Instituto Nacional de Metrología, Normalización y Calidad Industrial (INMETRO), de Brasil.

Sin embargo, los niveles de decisión regional sobre digitalización radial se mantienen bajos. De hecho, los países líderes en América Latina aún no han seleccionado un estándar ni han estimado una fecha para hacerlo: la única excepción es la opción de México por IBOC/HD Radio para las emisoras de AM y FM en su frontera norte.

En los últimos tiempos, ha trascendido la voluntad — compartida por el gobierno mexicano y la industria — de extender la norma estadounidense a todo el territorio, pese a las críticas de distintos sectores académicos, sociales y comunitarios.

Mientras tanto, depués de la preparación de la versión impresa de este artículo a fines de febrero, el pleno de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (COFETEL) de México acordó enviar a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMER) el proyecto de acuerdo para la adopción formal del estándar IBOC para todo el territorio nacional. El documento contiene la política para la transición voluntaria a la norma IBOC y no limita a que se continúe la evaluación de otras opciones digitales.

Por su parte, Brasil y Argentina se mantienen expectantes pero con distintos niveles de actividad. En el primer caso, un grupo de trabajo coordinado por el Ministerio de las Comunicaciones (MC) realiza en varias ciudades brasileñas pruebas de campo de IBOC/HD Radio y Digital Radio Mondiale (DRM), desde 2005 y 2009 respectivamente. Esta comisión, integrada por investigadores de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (ANATEL) e INMETRO, se encuentra abocada a la redacción de un reporte final sobre los ensayos, aún sin fecha exacta de presentación.

Por el lado argentino se realizaron pruebas de HD Radio durante un breve período en 2004 (impulsadas por la Asociación de Radiodifusoras Privadas Argentinas, ARPA), mientras que el resto de los sistemas no fue testeado en la práctica. En la actualidad, el gobierno de este país no tiene a la digitalización radial entre sus prioridades.

La falta de interés de Argentina no tiene que ver con los resultados de las pruebas, que fueron exitosas, sino con el discutido y lento proceso de implementación de la nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA) y el despliegue de la TDT, que hoy concentran la atención oficial. En consecuencia, el tema de radio digital se ha dejado a un lado.

“Lamentablemente no hay condiciones para avanzar más rápido, pero estamos muy atentos a todas las investigaciones científicas y técnicas que están haciendo las universidades nacionales y que se registran en el MERCOSUR (Mercado Común del Sur)”, dijo Luis Lázzaro, coordinador general de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA).

Hasta el momento, en consecuencia, sólo Panamá, Jamaica y Puerto Rico han optado oficialmente un sistema de radio digital (IBOC/HD Radio) en América Latina. De los demás países, varios se encuentran en fase de análisis o planean iniciarla en el corto plazo, mientras el resto todavía no ha avanzado sobre el tema.

“Sería importante que toda la región adopte la misma norma, sobre todo para generar la posibilidad de producir equipos a nivel regional para reducir los costos”, dijo Luis Pardo Sainz, presidente de la Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI), entidad que ya obtuvo autorización del gobierno chileno para experimentar con IBOC/HD Radio durante 2011.

Pese a admitir que en el Perú no se han realizado todavía pruebas de radiodifusión sonora digital, Alexander Chiu Werner (responsable de comunicaciones e imagen del Consejo Consultivo de Radio y Televisión, CONCORTV, de ese país), coincidió con Pardo. “Las decisiones estratégicas respecto del futuro de las tecnologías de información y comunicación en nuestros países deben ser trabajadas y acordadas en bloques u organismos ya existentes — CAN (Comunidad Andina), MERCOSUR, UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) — para impulsar la integración y facilitar la creación de un mercado común”, dijo.

En la región, no obstante, este tipo de ideas pocas veces ha avanzado más allá de la noble expresión de deseos.

“Sí se han realizado trabajos conjuntos, por ejemplo con la [Asociación Mundial de Radios Comunitarias] AMARC, pero no se ha tenido el éxito esperado”, lamentó por su parte Patricia Maldonado, docente e investigadora de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA) del Instituto Politécnico Nacional de México.

Los motivos de estas dudas y demoras son diversos, aunque los económicos y técnicos se ubican en los primeros lugares. El costo de la transición y la restringida posibilidad de que varias emisoras compartan equipos e inversiones (beneficio que sólo permiten los sistemas DAB y ISDB-Tsb), por ejemplo, motivan la desconfianza de los radiodifusores más pequeños, comunitarios o alternativos; y obligan a los gobiernos a extremar la cautela, para evitar desigualdades en el acceso a la nueva tecnología.

Dentro de este aspecto también se engloban otros elementos como el precio de los receptores y el menor poder adquisitivo de la audiencia latinoamericana para hacer frente al cambio.

“Si la radio digital no encuentra mercado en Estados Unidos, que tiene 300 millones de habitantes, ¿qué posibilidades tendríamos en Argentina, con sólo 40 millones?”, se preguntó Juan Fernández, director de Radio Mi País (1170 kHz).

Los aspectos normativos Buena parte de los entrevistados admitió la necesidad de reformar, complementar o renovar ciertos aspectos normativos en sus países para dar cabida a la radio digital.

“No es absolutamente esencial, sin embargo son necesarias algunas adaptaciones por causa de los nuevos servicios que surgirán, entre éstos la multiprogramación”, dijo González.

La excepción podría ser Argentina, cuya nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA), promulgada en 2009, se toma como punto de referencia en la materia aunque algunos especialistas consideran necesario profundizar o especificar varios de sus conceptos relacionados con la radio digital. “Incluso en los países desarrollados la adopción del formato digital por parte de los oyentes ha sido lenta”, agregó Pardo, quien de todas maneras consideró que la HD Radio es la mejor opción para prevenir asimetrías e inequidades en este sentido.

A nivel técnico hay dos variables que concentran gran parte de la atención regional: la posibilidad de utilizar las mismas bandas actuales para facilitar una migración paulatina y, en segundo término, la adopción de un sistema de código abierto que garantice la participación en desarrollos futuros de la norma.

Por su parte, los ingenieros argentinos Norberto Solís y Jorge Bergalli (de la comisión técnica de ARPA) estimaron importantes también aquellos elementos “que aseguren la continuidad de la gratuidad en el uso del servicio”.

En tanto, las organizaciones de emisoras comunitarias pusieron en juego otros ingredientes: para este sector, lo más importante no es el estándar adoptado o los niveles de inversión necesarios, sino la lógica y los objetivos con que se encara el proceso de digitalización. La democratización del espectro y el surgimiento de voces múltiples ocupan el centro de la escena.

“El eje no son las tecnologías sino sus implicancias sociales en el marco general del derecho a la comunicación”, subrayó en un artículo Pablo Vannini, integrante del equipo de investigación del programa Ritmo Sur, iniciativa conjunta de AMARC y la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER).

Así las cosas, el interés latinoamericano parece centrarse en dos estándares: HD Radio y DRM, que a priori cumplen con varios de los elementos deseados por los distintos sectores con poder de decisión en el tema.

“Los pasos que se están dando en México — como el que ciertas estaciones de AM puedan ahora brindar su contenido en FM — son precisamente para tener en un futuro más posibilidades de adoptar el sistema estadounidense, sin tener que modificar la imperante estructura radiofónica actual y, con ello, sus actores”, dijo Maldonado.

Por su parte, Solís tampoco descartó que acabe imponiéndose un proyecto brasileño surgido en el marco del subgrupo de trabajo “Comunicaciones” del MERCOSUR.

Disponibilidad de receptores A la inversa de lo que ocurre con los transmisores, la fabricación de receptores de radio digital en la región es casi inexistente: sólo se los produce en Brasil, sin canales de comercialización formal, hasta el cierre de esta edición. Según el entrevistado, la idea presentada por las autoridades de Brasil en ese espacio implica desplegar “un sistema común de Radiodifusión Sonora Digital”, ya sea basado en HD Radio o en la variante Sound Broadcasting (SB) de la norma televisiva ISDB-T, si se comprueba que ésta cumple con los requerimientos técnicos necesarios. En Japón ya se usa la radio digital a partir de la variante SB.

Asimismo, la fabricación de transmisores para HD Radio o DRM en algunos países de la región intenta estimular la curiosidad de los radiodifusores por ambos estándares. Y la reciente oferta de iBiquity de no cobrar los costos de sus licencias directamente a los radiodifusores en América Latina, y el extranjero en general, busca inclinar la balanza de la elección a su favor.

Pero ajena a los discursos y las acciones seductoras — aún pasando ciertas penurias, sobre todo en AM — la radio analógica latinoamericana no desespera. “Obviamente queremos modernizarnos y avanzar, pero tampoco significa que lo que no sea digital no sirve: la digitalización no puede venir por decreto”, dijo Pardo.

Jorge J. Basilago

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