Autoridades federales clausuraron y desmantelaron a principios de junio la radiodifusora Tierra y Libertad, que operaba desde hace siete años en la ciudad de Monterrey, Nuevo León.
Los representantes de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) argumentaron que la estación — ubicada en la colonia del mismo nombre — operaba de manera ilegal
La acción se realizó como consecuencia de una denuncia presentada por la Dirección General Jurídica de la Secretaría de Gobernación por la utilización ilegal de una señal, pues la radiodifusora no contaba con un título de concesión. El permiso de cateo fue librado por el Juzgado Cuarto de Distrito de Procesos Penales de Monterrey.
Junto con las autoridades de la SCT, arribaron cerca de 200 elementos de las fuerzas federales con armas largas para cumplir la orden. En el momento del hecho se encontraban en la estación varios menores que transmitían un programa en torno a los derechos de los niños.
De acuerdo con el responsable de la emisora, Héctor Camero Haro, la estación difundía programación constructiva, cultural, de esparcimiento y orientación, para la clase trabajadora a través de la frecuencia 90.9 de FM.
Durante la actuación de las autoridades federales, cientos de vecinos salieron a protestar por esta medida, y lanzaron consignas en favor de la libertad de expresión.
Tras varias horas de negociaciones, las autoridades sacaron los aparatos de transmisión, y se llevaron en calidad de presentado a Camero Haro ante el Agente del Ministerio Público Federal en la delegación de la PGR en Nuevo León.
