El Servicio Oficial de Difusión, Radiotelevisión y Espectáculos (SODRE) de Uruguay posee cuatro emisoras que han sido refundadas durante la actual administración.
Babel 97.1 FM, Radio Clásica 650 AM, Radio Uruguay 1050 AM y Emisora del Sur 1290 AM, que también se irradian en el sitio Web del SODRE, apuestan a ofrecer un producto radiofónico de calidad, credibilidad y sustentabilidad. Los logros, las carencias y las perspectivas de futuro son abordados por el director Sergio Sacomani en esta entrevista de Fredy González.
Radio World: El año 2006 marcó una refundación de las cuatro radioemisoras del SODRE. ¿Cuáles fueron los motivos y los objetivos que llevaron a ello?
Sergio Sacomani: En marzo de 2005 asumimos la dirección de la Radiodifusión Nacional del SODRE y encontramos un panorama realmente dramático en las emisoras del estado, con malas condiciones edilicias y totalmente infradotadas tecnológicamente.
En consecuencia, lo que era su propuesta formal de programas, de perfiles, prácticamente no existía, a excepción de CX6, hoy Radio Clásica, que ha sido un poco el símbolo del SODRE desde su creación.
Las otras emisoras eran casi desconocidas, ni siquiera tenían nombre, y se las identificaba por el número, la 26, la 38, la FM. La programación era un gran depósito de espacios cedidos, a veces políticamente o de buena voluntad, sin ningún criterio de programación ni de identidad, y en ocasiones incluso irregularmente en cuanto a los contratos.
Nos llevó todo 2005 y buena parte de 2006 reordenar y tratar de solucionar las carencias más importantes de las cuatro emisoras. Así fue que se le dio una identidad a cada una, con una propuesta programática. CX26 pasó a ser Radio Uruguay, la radio del periodismo y la comunicación, del periodismo clásico en todos sus contenidos.
CX38 pasó a ser Emisora del Sur con un planteo muy interesante. Partimos del reclamo histórico de los músicos y creadores uruguayos de tener una emisora donde se garantizara la emisión de la producción nacional. Pero tal vez respondiendo un poco a lo que yo considero una vocación universalista del Uruguay, nos propusimos un desafío más grande: no solamente garantizar que toda la producción nacional se emita por esta emisora, sino que a partir de los conocimientos de los propios músicos o periodistas vinculados a la música se pudiera hacer una apertura regional, latinoamericana e incluso internacional a lo que es la música popular.
Creo que Emisora del Sur es una experiencia única en América Latina, donde una radio está conducida en un 90 por ciento por figuras vinculadas a la música, que no pasan su propia producción sino el material que ellos consideren importante, ya sea de sus pares o de otros músicos del mundo.
Y finalmente está la más nueva, la FM, con repetidoras en Colonia, Maldonado y Rocha, que pasa a llamarse Babel. Se especializa en otros rubros para un público reducido y exigente, vinculados al jazz, la fusión, la música étnica, la new age, la contemporánea, que prácticamente no llega a nuestro país porque somos un mercado muy pequeño.
En octubre de 2006 hicimos el relanzamiento de las radios con la presencia del presidente de la república, que recordó la impronta de este gobierno sobre las radios del estado, que son del estado y no del gobierno. En ese sentido estamos trabajando.
RW: Partiendo de esa aclaración, ¿cuál es la línea editorial de los informativos irradiados en forma compartida por dos de esas radios?
Sacomani: Primero nos fijamos una visión garantista, o sea que estamos trabajando para ser la garantía del ciudadano en el acceso a la información y a programas radiales de calidad.
Y si bien esto de la calidad es muy subjetivo, nuestro esfuerzo apunta a que no existan programas sin fundamento, sin profesionalismo ni programas de relleno, sino que todo tenga su razón, su planificación y un contenido adecuado.
Se trata de un enfoque garantista que solamente nosotros tenemos, porque las radios privadas no tendrían esta obligación y nosotros como estado sí. Una mirada nacional que también sólo nosotros tenemos la obligación de desarrollar, valorando los colectivos sociales de todo el país, fundamentalmente aquellos de zonas fronterizas donde se encuentra la confluencia de culturas.
Reconocemos esa confluencia como una riqueza nacional pero marcamos una presencia testimonial de la riqueza de nuestro país para que no se pierda.
Nosotros le garantizamos al gobierno que pueda informar y que pueda decir a la población lo que necesita, pero también les damos la garantía a los sectores de la oposición, a las otras voces, de que ellos puedan ser escuchados a través de las emisoras del estado.
Ese es un equilibrio que tratamos de mantener y que ahora se va a complementar con corresponsales en cada uno de los departamentos del país. Queremos estar enterados de lo que pasa en todo el país, además de difundir lo que sucede en la capital. Muchas veces en el interior no se tiene la información del centralismo capitalino, y lo local queda diluido en los gustos u opciones de los radiodifusores privados. Entonces no se cumple ni lo local ni lo nacional.
RW: ¿Siguen siendo dos países?
Sacomani: Muchos países, muchas regiones. Entonces lo que por lo menos intentará hacer el estado en esta primera etapa es que en cada departamento haya una repetidora con programación que surge del centro del país pero con horarios de programación local para tratar de garantizar las dos cosas.
RW: ¿Se ha logrado identificar qué tipo de público consume cada una de las emisoras del SODRE?
Sacomani: Sí, tenemos una vaga idea, pero ahora estamos trabajando sobre estudios de audiencia para conocer quién nos escucha a través de un convenio con el Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH).
Tanto en Radio Clásica como en Babel son públicos exigentes en cuanto a lo musical, muy abiertos a lo alternativo, a lo nuevo, no tan apegados a lo comercial, lo cual va definiendo un perfil de público no mayoritario sino de sectores muy específicos.
Radio Uruguay compite con otras radios de periodismo clásico, y hablo de periodismo clásico porque hay toda una oleada en el Uruguay de hoy de un estilo excesivamente informal, más inclinado al divertimento que a la información.
Y en Emisora del Sur hay un público cuyos gustos van desde lo popular hasta lo erudito. Yo le decía a Julio Corrales, que es el coordinador de Emisora del Sur, que mi corazón lo tengo en Emisora del Sur y mi cerebro en Radio Uruguay. Pero Emisora del Sur tiene el gran problema de contar con un transmisor de muy baja potencia, que no ha permitido a la emisora llegar al público que realmente tiene que llegar. Por eso estamos esperando la ayuda del Poder Ejecutivo para tener una frecuencia de FM, que es lo que hemos pedido.
RW: ¿Emisora del Sur puede considerarse la mayor innovación en la radiodifusión oficial de este período?
Sacomani: En cuanto a contenidos es lo más creativo que se ha hecho. Se podrán hacer cosas más creativas en la medida que podamos estabilizar el funcionamiento profesional de las cuatro radios.
El SODRE no estaba preparado para tener cuatro radios, el presupuesto y la estructura administrativa tampoco. Entonces echamos a andar toda una estructura que necesita libertades y autonomías que hoy no tiene y muchas veces se encuentra sujeta a decisiones, trámites o burocracias que impiden avanzar más aceleradamente en esto.
RW: ¿O sea que el tema presupuestal todavía no está del todo resuelto?
Sacomani: No. Hemos contado con recursos necesarios para inversión, pero lo que sobre todo falta es autonomía o mayor flexibilidad para que las radios puedan gestionarse.
RW: ¿Con qué equipamiento técnico cuentan?
Sacomani: Las AM funcionan con transmisores Harris que ya tienen por lo menos 30 años. En el caso de la FM, con un transmisor Collins y un Itame de muy mala calidad, pero que estamos sustituyendo por transmisores nuevos que nos van a permitir poder hacer una red a nivel nacional.
En cuanto a las AM no tenemos demasiadas expectativas, ya que los transmisores rondan los US$300.000. Hemos procurado la cooperación internacional, pero hasta el momento no hemos tenido mucha suerte en ese sentido. Tendríamos que comprar dos transmisores de 100 kilovatios, que cuestan US$600.000 o un poco más; entonces hemos optado por el camino de la FM.
RW: ¿Qué posibilidad existe de mantener la actual programación, incluso más allá de eventuales cambios de gobierno?
Sacomani: Nosotros estamos trabajando precisamente para eso. Creo que a partir de lo que hemos creado colectivamente en estos años va a ser muy difícil que alguien pueda volver atrás y determinar que estas radios dejen de existir.
Podrán cambiar la programación, pero creo que deberán fundamentarlo muy bien para poder hacerlo. Mi propio cargo era un cargo de confianza política, y ahora hemos logrado transformarlo en un cargo de alta prioridad técnica. O sea que quien me suceda por lo menos deberá estar vinculado al mundo de la radiodifusión.
Luego dependerá de la sabiduría legislativa y administrativa darles a estos medios lo que necesitan para funcionar profesionalmente.