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Un miembro más de la comunidad, Espika FM

Esta radio comunitaria tiene sus estudios en el espacio ‘Carlos Alfredo Rodríguez Mercader’ en Uruguay

MONTEVIDEO, Uruguay — Espika FM 90.7 es una radio comunitaria que tiene sus estudios en el espacio “Carlos Alfredo Rodríguez Mercader” — en las instalaciones de la vieja estación de la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE) — de la ciudad de Santa Lucía, departamento de Canelones, aquí en Uruguay.

Carlos Dárdano En la localidad viven 18.000 personas, pero la emisora también llega a los pueblos de los alrededores: 25 de Agosto, Ituzaingó, Rodríguez y Pueblo Nuevo. Eduardo Curuchet dialogó con uno de sus fundadores, Carlos Dárdano, que repasó la trayectoria de la difusora.

Radio World: ¿Cuándo comienza a emitir la radio?
Carlos Dárdano: Espika FM 90.7 salió al aire el 31 de octubre de 2003, el mismo día que se entregaron las firmas para el plebiscito que, en el Uruguay, declaró que el agua es un bien común de toda la sociedad. Cabe señalar que el río Santa Lucía, del cual recibe el nombre la localidad, es el que abastece de agua potable a un millón y medio de personas, la mitad de la población del país. Lo que hace que el tema del agua sea un tema muy sensible para los habitantes de estos pueblos.

El colectivo comenzó a trabajar a principios de 2003, y en su origen fuimos 15 personas las que promovíamos el proyecto con un neto corte social. El nombre lo propuso un compañero, y proviene de la conocida marca de radio Spica.

Actualmente el grupo está compuesto por 30 personas. Funcionamos de manera horizontal. Nos reunimos semanalmente para coordinar la marcha de la difusora. Es un espacio donde participan quienes llevamos adelante los programas. De esta manera somos fieles al eslogan que nos identifica, ser “voces en construcción colectiva”. Si bien transmitimos las 24 horas del día, la producción propia es menor.

RW: ¿Cuál es la oferta de contenidos radiales?
Dárdano: Entre la programación se destacan las siguientes propuestas. “Nunca en domingo”, del colectivo Cotidiano Mujer que se ocupa de los temas de género y la situación de las mujeres, sale de lunes a viernes a las 9:00 horas.

“Sosteniendo la pared” es un periodístico que va de lunes a viernes a las 18:00 horas. “Ituzaingó y sus alrededores” es una revista que contiene folklore, historia, anécdotas y personajes de los centros poblados vecinos a la ciudad de Santa Lucía.

Especial destaque merece el programa “Sonrisas al aire” que es hecho por el Club de Niños Sonrisas y es coordinado por sus maestras. Este programa se emite los miércoles de 14:30 a 15:30 horas.

También está “Colapsando”, un musical conducido por el DJ Calero, que sale los jueves de 21:00 a 23:00 horas. El programa cuasi institucional es “Al mundo le falta un tornillo”, que es un periodístico con opinión y humor. Este programa sale los sábados en la mañana.

En la tarde está al aire “Vilardevoz”, la compilación de lo mejor de la semana de la emisora que hacen los internados del Hospital Psiquiátrico Vilardebó. En la noche sabatina está “Copados Noche”, una revista que cubre la actualidad de la zona. “Revista de la tarde” se difunde los domingos de 19:00 a 21:00 horas; y “Dominicano Underground”, que promueve el rock ‘n’ roll, va de 21:00 a 23:00 horas.

En las tandas y los espacios entre los diferentes programas se leen mensajes de la gente del pueblo, se desarrollan campañas de bien público y se difunden comunicados de interés para la sociedad.

RW: ¿Cómo es la relación con la audiencia?
Dárdano: El vínculo con la comunidad es muy bueno. Va desde el diálogo en las redes sociales, pasa por las llamadas telefónicas y mensajes de texto, hasta el termómetro que te dan las conversaciones en la calle con la gente del pueblo que te comenta lo que más le gustó o que tiene otro punto de vista.

Para mi ésta es la principal medición de audiencia que tenemos, y es lo que nos hace sentir parte de la comunidad en la que vivimos.

La emisora ya es una referente en el pueblo, pues lo que salga en la radio es tenido en cuenta por la audiencia. En líneas generales, nuestros oyentes son gente joven y con sensibilidad social. Un deber que tenemos en la radio es todavía no salir on line, a pesar de que muchos de nosotros trabajamos en el área informática. Como dice el dicho: “en casa de herrero cuchillo de palo”.

RW: Una de las áreas donde habitualmente los proyectos comunitarios de comunicación tiene dificultades es en su financiamiento, ¿qué acciones desarrollan para ser sustentables?
Dárdano: Actualmente la radio se sostiene con el aporte de socios colaboradores. Cada uno decide el monto económico con el que contribuye. Con eso se cubren los gastos fijos de luz, agua, electricidad del edificio en el que estamos funcionando.

Por otro lado, también la comunidad hace aportes, se realizan eventos artísticos y se desarrollan proyectos para sacar adelante la emisora. A pesar de que hace más de una década que salimos al aire, recién ahora estamos por empezar a vender publicidad. Veremos cómo nos va, pues ninguno de nosotros es vendedor, nuestra fortaleza va por el lado de la sensibilidad social.

RW: Ya han pasado varios años desde la regularización de las radios comunitarias, ¿qué balance hace al respecto?
Dárdano: Somos medios que podemos aportar desde otro lugar, en cuanto a contenidos y posibilidades de acceso de otros protagonistas, como el programa de los niños. Nuestro propósito es darle voz a los que no tienen espacio en otro lugar. Con la legalización se generó un salto importante en las radios comunitarias y la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC)-Uruguay. Ahora, además de ser interlocutores válidos, somos reconocidos por el gobierno.

Sin embargo, siguen habiendo temas operativos que aún no han variado mucho luego de la regularización de las emisoras comunitarias. Por ejemplo, el cambio de potencia para las radios comunitarias es muy complicado, mientras que para las radios comerciales no lo es. Además, la ley nos reconoce, pero aún no ha resuelto mecanismos eficaces para promover el funcionamiento y la existencia del sector ciudadano. Seguimos siendo discriminados en el otorgamiento de la publicidad oficial.

Asimismo, en muchos puntos del país, donde diversos colectivos sociales han pedido ser autorizados para transmitir como radio comunitaria, la dependencia estatal no se ha expresado en lo que va de estos siete años de reconocimiento. Cuando la ley le otorga al estado hasta un máximo de 180 días para expedirse, éste sigue sin tomar resolución.

En fin, el reconocimiento es positivo, pero debe estar acompasado por los organismos especializados del estado con acciones concretas y facilitadoras. Mientras se siga así, no vamos a despegar como sector y se hace difícil crecer en nuestra gestión.

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