Fig 1: Edificio del sitio de transmisión terminado Usted instala nuevos y hermosos equipos de transmisión en un edificio también nuevo en la cima de una montaña sin pensar que todo puede cambiar en un santiamén.
La instalación sale bien y todo funciona a la perfección. Y lo que es mejor, ha taladrado la cima montañosa y colocado allí las varillas de descarga a tierra, y ha seguido las mejores prácticas de la ingeniería en toda la instalación.
Es un modelo para sitios futuros. Documenta todo de manera adecuada; incluso su presupuesto le permitió incluir algo de redundancia: un STL adicional y un transmisor de baja potencia de respaldo. Lo único que falta es un generador, y lo agregará en el presupuesto de capital del año siguiente. Usted toma una foto orgulloso de su trabajo.
La vida es buena, por ahora… y usted vuelve a casa.
La vida continúa normalmente hasta que un día le avisan que su emisora no está saliendo al aire. Curiosamente, no hay respuesta del control remoto, ni siquiera del cambio automático del equipo de respaldo… Rápidamente se dirige al sitio de transmisión.
Fig 2: El edificio del sitio de transmisión después del ataque de la madre naturaleza. Conversa con un granjero que vive en la misma ruta y éste le cuenta que vio caer un rayo durante una tormenta que no duró mucho, seguido de una luz blanca muy brillante, la cual duró al menos 30 segundos.
A medida que se aproxima a la cima de la montaña, usted no puede creer lo que ve. Se da cuenta de que la luz blanca había sido el edificio de su transmisor que se estaba consumiendo.
Pero consolémonos: por lo menos usted todavía no había agregado un generador con un tanque de combustible lleno. De haberlo hecho, la foto del “después” podría haber sido sólo un cráter.
El granjero también le dice que el rayo cayó justo sobre el edificio, dejando solamente la antena y la torre.
Ésta fue la experiencia de William Cobacho y su socio Francisco Tejeiro de Radio Nacional de España. El sitio se perdió por completo y ahora está en proceso de reconstrucción. El trabajo de un ingeniero nunca termina.
— John Bisset
